Historia del Arte,  Materiales de estudio

Barroco: contexto histórico, cultural y social

El arte Barroco se desarrolló durante los siglos XVII y XVIII, y tuvo su origen en Italia, concretamente en Roma. La influencia romana se expandió por los países católicos como España, así como Nápoles y Flandes, que estaban bajo su dominio. En Francia el Barroco tuvo unas formas más académicas y fue un instrumento de propaganda de la monarquía. El Barroco fue muy diferente en los países protestantes, como Holanda, con una pintura más intimista y burguesa. Inglaterra no desarrolló el Barroco hasta el siglo XVIII.

Los procesos históricos más destacados de los siglos XVII y XVIII fueron:

  • El conflicto religioso en Europa: la Reforma protestante se extendió por el norte y centro de Europa, mientras el catolicismo se asentaba en el sur. La disputa teológica dio origen a una serie de conflictos bélicos1 que ensangrentaron el continente durante los siglos XVI y XVII; en la mayoría de los casos los motivos de la guerra eran políticos, pero se enmascararon con la religión.
  • La Contrarreforma: fue la respuesta de la Iglesia católica la Reforma protestante. El Concilio Ecuménico de Trento (1545-1563), convocado por Pablo III y apoyado por Carlos V, tenía como objetivo renovar la Iglesia y evitar el avance de las doctrinas protestantes2. Algunas de las medidas tomadas en Trento tuvieron importantes consecuencias en el arte. Por un lado, el deseo de hacer más atractivos los ritos católicos facilitó el desarrollo del arte Barroco con toda su decoración y teatralidad, contrastando con los austeros templos protestantes. La Iglesia Católica reforzó el papel de los santos y la Virgen como intermediarios ante Dios, abundando sus representaciones en el arte, al contrario de lo que ocurría en la zona protestante.
  • La creación del Estado absolutista en la Francia de Luis XIV, significó que todo el poder del reino recaía en la figura del monarca, en palabras del propio Luis XIV “el Estado soy yo” El arte Barroco sirvió la nuevo modelo de monarquía para la propaganda y para plasmar su poder.
  • Frente al desarrollo del absolutismo en Francia, su fracaso en Inglaterra le costó la cabeza a Carlos I, surgiendo una tradición parlamentaria que se desarrolló en los siglos siguientes.
  • El siglo XVII fue testigo de la decadencia política de España y Portugal3. La hegemonía de la monarquía de los Austria fue puesta en cuestión permanentemente pero, pese a todo, logró mantener el dominio sobre Flandes, Nápoles, Lombardía y América. La decadencia política contrastó con una época dorada (Siglo de Oro) en las letras y el arte.
  • Los Estado Pontificios: Roma se había convertido durante el Renacimiento en la capital de la monarquía terrena de los papas; sus territorios se extendían por le centro de la península Itálica. La ciudad vivió una época de apogeo económico que permitió a los papas emprender grandes reformas en la ciudad (reforma urbana de Dominico Fontana bajo el papado de Sixto V) y patrocinar el arte. El Papa atraé a los mejores artista para continuar con la construcción de San Pedro y su plaza, centro de la ciudad y el mundo católico.Roma apostó por un arte decorativo y exuberante que cumpliera con los objetivos de la Contrarreforma, lo que le convirtió en la cuna del Barroco.
  • Francia ostentó la hegemonía durante el siglo XVII y el XVIII. La familia de los borbones sustituyó a los Habsburgo en el trono español tras la Guerra de Sucesión. El poder de los monarcas franceses se fue debilitando durante el siglo XVIII hasta el estallido de la Revolución Francesa en 1789.

    Expansión de la reforma protestante

Características del Barroco

El término barroco tuvo en su origen un marcado sentido peyorativo. Parece derivarse del término portugués berrueco (que designa a una perla irregular), señalando lo artificioso, irregular, recargado y complejo de este estilo para el gusto de los teóricos del arte del siglo XIX (cuando ya se desarrollaba el neoclasicismo).

Entendemos por Barroco el estilo artístico que se desarrollo entre el siglo XVII y el XVIII (desde la Contrarreforma hasta la irrupción del Neoclasicismo), que surgió en Italia y que se expandió por el resto de Europa e Iberoamérica. Un estilo complejo y diverso, incluso contradictorio, que buscó soluciones estéticas para una época de profunda transformación espiritual, cultural y política.

Una de las características más importantes del Barroco es la interacción entre las disciplinas artísticas. La arquitectura crea el espacio para la pintura y la escultura, integrándose en un todo que también incluye la propia ceremonia (religiosa o política), la música o el teatro. Crea obras de arte total, el theatrum sacrum que encuentra un buen ejemplo en los Autos Sacramentales4 o la capella Cornaro en la Iglesia de Santa María della Vittoria en Roma, obra de Bernini.

Los clientes del arte Barroco variaron según territorios generando manifestaciones artísticas diferentes según cual de ellos predominara:

  • La Iglesia católica: busca un arte que sirva a su doctrina, un arte deslumbrante y teatral que ciegue a los fieles con su dorados y su complejidad visual.
  • La monarquía: el deslumbramiento de sus palacios y edificios de gobierno refuerza la estructura de poder.
  • La burguesía: destacó su importancia en Flandes y Holanda, enriquecidas por el comercio naval y las manufacturas. La burguesía encargó un arte privado para sus casas y palacios, más intimista (con paisajes, retratos y bodegones) sin caer en la ostentación de la nobleza.

1La Guerra de los Treinta Años fue el más importante de estos enfrentamientos, se desarrolló entre los años 1618 y 1648.

2Sus campos de actuación fueron: la Doctrina, la reestructuración eclesiástica (fundación de seminarios, vigilancia de la foramción de los sacerdotes y su comportamiento), reforma de las órdenes religiosas (volver a sus orígenes), vigilancia de los movimientos espirituales (centrándolos en la vida piadosa y en una relación personal con un sacerdote) y la creación de la Santa Inquisición y gestión de esta

3Unidas durante el reinado de Felipe II.

4Pieza de teatro religioso, más en concreto una clase de drama litúrgico, de estructura alegórica y por lo general en un acto (tema preferentemente eucarístico), que se representaba el día del Corpus entre los siglos XVI y XVIII.

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